Vivimos en “la era del vacío”, así ha denominado a nuestros días el filósofo contemporáneo Gilles Lipovetsky. Su definición filosófica para nuestra realidad es desarrollada en diferentes conceptos de los cuales voy a destacar dos: “Vivir sin ideal, sin objetivo trascendente resulta posible” y “vivir el presente perdiendo el sentido de continuidad histórica”.
La vida del Apóstol San Pedro no encaja temporalmente dentro de esta “era del vacío”, pero comparte su misma esencia. Compartía en su interior la realidad de ser poco trascendental y sentirse incompleto.
El libro que tienes en tus manos revela el maravilloso encuentro entre un corazón vacío y la eternidad... Una familia, algún puñado de amigos, pocas expectativas y una gran boca definían a Pedro. Lo que él aún no sabía era que su vida estaba a punto de cambiar para siempre. Lo que no sabía era que dejaría las aguas y comenzaría a pescar en la tierra. Lo que no sabía era que su corazón, metas y sueños serían transformados. Lo que estaba a punto de iniciar era el viaje que lo convertiría en el líder máximo del movimiento más importante de la historia. He aquí parte de su historia; he aquí su viaje... desde Simón a Pedro.
Ser parte en la presentación de este libro fue para mí un gran privilegio, un verdadero punto alto en este semestre.
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