El 25 de setiembre del año pasado, Santiago Chalar hubiera cumplido sus 80 años. Anoche en el Teatro Solís de Montevideo se le rindió homenaje. El recital, auspiciado por su hijo Carlos Paravís, fue acompañado por un grupo importante de artistas amigos reconocidos también por sus aportes a la música folclórica del Río de la Plata. Danzas tradicionales, típicas de nuestra región, adornaron varios temas, y las gauchescas fueron las que más disfrutamos JM y yo.
La noche comenzó con la presentación de un sello postal del Correo Uruguayo, que se lanzó justo ayer, en su homenaje como guitarrista uruguayo.
Fue un repertorio emotivo que incluyó mis temas preferidos (entre ellos Canto a Minas, Del templao, Hombre con H, Cuando empieza a amanecer, Pida patrón, Minas y abril), pero para mí faltó Coronilla, aunque sí se mencionó varias veces en el contexto de la historia de otros temas del cantautor.
El entusiasmo del público fue evidente; disfrutamos plenamente de casi dos horas de memorias y homenajes. Y en lo personal, me fui del Solís conmovida: Santiago Chalar formó parte de mi niñez y adolescencia en Minas. (Incluso como Dr. Paravís, médico traumatólogo, la atendió a mi hermana cuando ella se fracturó el tobillo). Y nunca me voy a olvidar del privilegio que fue escucharlo cantar durante un festival criollo, celebrado en el Cerro Artigas.
Y en mis años universitarios, lejos de mi querido Uruguay, su música y poesía (¡en cassette!) fueron un pedacito de mi Uruguay que siempre me acompañaba. Y su música también jugó un rol bastante importante en la amistad que iba formando con mi mejor amigo, quien comenzaba en ese entonces a estudiar más seriamente el castellano... J
¡La experiencia anoche fue hermoso regalo de cumpleaños para mí!
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