A mediados de agosto acá en el Uruguay festejamos “Día del
Niño” con regalos, fiestas, eventos especiales. Siendo este año el segundo para nosotros acá, queríamos que Eli y Dani eligieran juguetes nuevos
para otros niños. Nuestra idea es que de a poco se vayan concientizando y aprendiendo a personalmente marcar una diferencia en las vidas de otros a su alrededor. Entonces participamos en una campaña de donaciones, coordinada por “Movidos por la Vida”. Eli se entusiasmó con la idea y pensamos que Dani la
copiaría. Y en teoría fue así; él se entusiasmó al oírnos hablar de la idea,
etcétera.
Les sugerí a Eli y Dani que compráramos algo que a
ellos les gusta: animalitos de peluche. Así que lo hablaron y decidieron que
comprarían ositos. Todo iba bien hasta que Eli y yo volvimos con un osito
re-lindo – ¡y Dani decidió que quería quedarse con él!
Nos entusiasmamos y compramos otros juguetes también...
Intenté explicarle a Dani: “Pero... Así es que sabemos que es un regalo re-lindo; a nosotros nos
gusta también…”
Bue… Lo abracé, le sequé las lágrimas y hablamos… Y
esa noche, con él acurrucado en mi brazo, le recordé que él tiene a Papá y a
Mamá en casa con él: “Papá” que lo lleva en sus hombros cuando él se cansa de
caminar y “Mamá” que le da muchísimos abrazos. Le dije que, tristemente, no es
así para todos los niños… L
[¿Cómo se le comienza a explicar a un niño ansiado,
amado, protegido que existe un mal tan horrible como el aborto (por elección)? Y más allá de eso, ¿cómo imaginar la desesperación que lleva a tales decisiones?] Le dije
que probablemente casi se había muerto el bebé que iba a recibir al osito de
regalo, pero que, gracias a Dios, se le había salvado la vida. Y por eso
queríamos celebrar este “Día del Niño” con él, regalándole algo nuevo y lindo,
algo que es tan lindo que a nosotros nos gusta también. Y quedó satisfecho con
la explicación…
Qué difíciles que son estos momentos cuando (como
madre que siempre he podido proteger a mis hijos, demostrándoles cuanto les amo) tengo que comenzar a explicarles cosas terribles que existen en este, nuestro mundo. Quiero protegerlos… Pero sé que
no siempre podré… Así que, quiero que ya, de a poquito, a esta temprana edad,
vayan aprendiendo a tomar aunque sean pasitos de bebé para marcar una
diferencia positiva en medio de todo lo negativo.
Así que este “Día del Niño” fue un comienzo. Esperamos que llegue a ser “contagiosa” la idea. Es parte del gran aporte
social que podemos hacerle los ProVida y los cristianos a nuestro querido Uruguay.
Y nuestros peques lo pasaron lindo también. El viernes lo festejaron en la escuela y el jardín. (Y a Eli la dejaron entrar colada a la fiestita de Dani).
¡Y fue “Fluor de Fiesta”!
Y el domingo festejamos en “La Pasiva” – donde se entretuvieron con
payasos que les regalaron caramelos y lentes de sol.
Y a veces son las experiencias mismas las que brindan los recuerdos más lindos y duraderos… J
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