Sonidos Serranos

Sonidos Serranos: Sounds of the Sierras...
Reflecting some of my family's interests: God's wonderful creation (especially mountains and hills!), music, and language...

Psalm 121:1-2 (NASB)

I will lift up my eyes to the mountains;
From where shall my help come?
My help comes from the LORD,
Who made heaven and earth.

21 October 2014

“¿De dónde viene la idea de asesinar a los niños?”

25 de enero, 1998 por John Piper
Escritura: Santiago 4:1-10
Tema: Aborto
Serie: Adora a Dios

Santiago 4:1-10
¿De dónde vienen las guerras y los conflictos entre vosotros? ¿No vienen de vuestras pasiones que combaten en vuestros miembros? Codiciáis y no tenéis, por eso cometéis homicidio. Sois envidiosos y no podéis obtener, por eso combatís y hacéis guerra. No tenéis, porque no pedís. Pedís y no recibís, porque pedís con malos propósitos, para gastarlo en vuestros placeres. ¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad hacia Dios? Por tanto, el que quiere ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios. ¿O pensáis que la Escritura dice en vano: El celosamente anhela el Espíritu que ha hecho morar en nosotros? Pero El da mayor gracia. Por eso dice: Dios resiste a los soberbios pero da gracia a los humildes. Por tanto, someteos a Dios. Resistid, pues, al diablo y huirá de vosotros. Acercaos a Dios, y El se acercará a vosotros. Limpiad vuestras manos, pecadores; y vosotros de doble ánimo, purificad vuestros corazones. Afligíos, lamentad y llorad; que vuestra risa se torne en llanto y vuestro gozo en tristeza. Humillaos en la presencia del Señor y El os exaltará.

El aborto tiene que ver con Dios

Al final de esta semana de la Santidad de la Vida Humana y tres días después del 25 aniversario de la decisión de la Corte Suprema en el caso Roe vs. Wade (que anuló todas las leyes estatales que regulaban el aborto, haciendo que el aborto por demanda fuera la ley de la tierra y confirmando una perspectiva individualista de libertad humana, sin gravámenes, que ha permitido la matanza de 35 millones de niños), en esta mañana quiero decir que el aborto se trata principalmente de Dios. El aborto tiene que ver con Dios, el Creador del universo, el Dador y Sustentador de toda vida, el Juez de vivos y muertos y el Redentor y Perdonador de todos los que confían en Él. El aborto tiene que ver con Dios. Por tanto, no es trivial.

Quitar a Dios del cuadro del aborto es trivializar al aborto. Sin Dios, todo sería trivial. Dios es la realidad suprema del universo. Toda otra realidad es derivada y dependiente y no tiene significado real en absoluto sin referencia a Dios, la realidad suprema. La Biblia dice: “En Él vivimos, nos movemos y existimos”. Si le dejamos fuera, si no relacionamos todo (en cuanto a nosotros o en cuanto al mundo) con Él en quien “vivimos, nos movemos y existimos”, le quitamos el verdadero significado, lo trivializamos, lo desconectamos de lo más grande, de lo más importante, de lo más maravilloso en este mundo. Todo tiene que ver con Dios. El aborto tiene que ver con Dios. Por tanto, no es algo trivial. La maternidad tiene que ver con Dios; por tanto, no es trivial. La paternidad tiene que ver con Dios; por tanto, no es trivial. Las relaciones sexuales tienen que ver con Dios; por tanto, no son triviales. Los niños, dentro del vientre y fuera del vientre materno, tienen que ver con Dios; por tanto, no son algo trivial.

Por tanto, el mensaje que tengo que dar es que el aborto tiene que ver con Dios. Lo más importante que debemos decir sobre el aborto es cómo se relaciona con Dios y cómo Dios se relaciona con él. Entonces permítanme mencionar cuatro maneras en que el aborto tiene que ver con Dios. Lidiaré brevemente con las dos primeras, no porque sean menos importantes, sino porque generalmente ya se abordan con más frecuencia y John Ensor ha lidiado con ellas de un modo hermoso este fin de semana. Mencionaré la cuarta debido a la confusión en que está nuestro presidente en este momento y debido a cómo se relaciona esa confusión con el aborto. Pero la tercera proviene de nuestro texto y recibirá más de nuestra atención.

1) El aborto tiene que ver con Dios porque los niños en el vientre materno son creados por Dios a la imagen de Dios.

Génesis 9:6 es importante aquí porque muestra que las palabras de Génesis 1:27 (qué Dios creó al hombre, varón y hembra, a su propia imagen) son verdaderas para todos los humanos que llegaron después del primer hombre y la primera mujer. Dios le dijo a Noé: “El que derrame sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada, porque a imagen de Dios hizo Él al hombre”. En otras palabras, cada miembro de la raza humana es creado a la imagen de Dios. Y, como John Ensor mostró en su taller ayer, la Biblia trata al no-nato del mismo modo que trata a los bebés que han nacido (Génesis 25:22; compara Lucas 1:44 y 2:12; Salmo 139:13). La palabra por “bebé” o “niño” en el vientre es la misma que usa la Biblia por el niño fuera del vientre.

Haber sido creado a la imagen de Dios significa, por lo menos, que el propósito de Dios al crearnos en el vientre es que reflejemos a Dios. Las imágenes de la realidad existen para reflejar esa realidad. Somos imágenes de la realidad divina. Nuestro propósito sobre la tierra es reflejar esa realidad divina. Por esta razón existimos. Atacar al ser humano en el vientre materno y matarlo es asaltar a Dios. Dios está haciendo al bebé. Dios está tejiendo una imagen única de su gloria divina, con el propósito de reflejar esa gloria en el mundo por la causa de su Gran Nombre. Matar al niño es atacar la gloria de Dios y es traición contra el Rey del universo. Por tanto, esto es lo más importante y fundamental: el aborto tiene que ver con Dios porque los niños son hechos por Dios en la imagen de Dios para la gloria de Dios.

2) El aborto tiene que ver con Dios porque solo Dios puede perdonar el pecado de asesinar a los niños no-natos.

Es por esta razón que es tan importante el libro de John Ensor: Experiencing God’s Forgiveness [Experimentando el perdón de Dios]. La maldad suprema del aborto no es que mate niños o dañe mujeres (que, sin duda, hace). La maldad suprema es que asalta y degrada a Dios. Ahora, de éso trata el evangelio de Jesucristo: cómo Dios planeó y produjo un plan para perdonar a personas que cometen la afrenta suprema de descontar su gloria y tratarla como menos valiosa que sus propias preferencias privadas.

El apóstol Pablo dice en Romanos 3:23: “Todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios”. Ésa es la esencia del pecado: no alcanzar la gloria de Dios, cambiándola por la preferencia de nuestro propio plan. Pero entonces, los versículos 24 y 25 dicen que los que confían en Dios son “justificados gratuitamente por su gracia por medio de la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios exhibió públicamente como propiciación por su sangre a través de la fe”. En pocas palabras, esto significa que Dios es el único ser en el universo que puede perdonar el pecado del aborto y que Él “justifica” o rectifica la relación entre Sí mismo y nosotros, los pecadores que tan gravemente le hemos ofendido. Él rectifica esta relación mediante la muerte de Su Hijo en nuestro lugar, de modo que toda la ira que merecemos por el pecado del aborto – y por cualquier otro pecado – es puesta sobre Jesús y Él muere en nuestro lugar y somos absueltos y recibimos vida eterna y gozo, al costo del Hijo de Dios.

El aborto tiene que ver con Dios porque solo Dios puede perdonar el pecado de asesinar a los niños no-natos. Él puede y lo hace y ésas son las noticias más grandes y liberadoras del mundo entero. “Cristo murió por los pecados una sola vez, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios” (1 Pedro 3:18).

3) El aborto tiene que ver con Dios porque la raíz del aborto es el fracaso al no estar satisfechos en Dios como nuestro amor supremo.

Veamos de dónde viene esta idea en la Biblia. Si comienzas a leer en Santiago 4 y te detienes a la mitad del versículo 2, tendrás solamente un análisis simple, psicológico, trivial del origen de la idea de asesinar a los niños. Un análisis sin Dios. Leamos el análisis:
¿De dónde vienen las guerras y los conflictos entre vosotros? ¿No vienen de vuestras pasiones que combaten en vuestros miembros? Codiciáis [o deseáis] y no tenéis, por eso cometéis homicidio. Sois envidiosos y no podéis obtener, por eso combatís y hacéis guerra.
El tema del asesinato en este texto está enraizado en los deseos no satisfechos. “[Deseáis] y no tenéis, por eso cometéis homicidio”. Podríamos pasar mucho tiempo aquí, examinando todos los deseos y anhelos que son amenazados por un embarazo no planificado: la “felicidad” de los padres, el “complacer” al novio, el terminar “a tiempo” la educación, el tener solvencia financiera, el tener una carrera, el librarse de náuseas matutinas y de pañales y de una naricita que moquee y de esas terribles noches de desvelo o del ayudar con tareas domiciliarias y con transporte a ensayos para deportes y banda de música y grupo dramático, del problema de adolescentes irritados, de gastos universitarios y de otros tipos de angustia que vienen con hijos adultos. Deseas tantas cosas y toda esta libertad, pero de pronto hay un bebé; tus deseos personales se ven amenazados y te sientes tentado a librarte de la persona problemática: el bebé. De ahí viene el aborto.  Santiago dice: “Por eso cometéis homicidio”.

Dije que si paramos ahí, ése sería un análisis trivial. Porque Dios quedaría eliminado de la ecuación. Pero en Santiago 4, Dios no queda eliminado. De hecho, se introduce con una imagen impactante. En el medio del versículo 2, Santiago ve una transacción entre el pueblo y Dios: “No tenéis, porque no pedís. Pedís y no recibís, porque pedís con malos propósitos, para gastarlo en vuestros placeres”. Santiago representa a las personas queriendo algo (o alguien) que “satisfaga” y entonces yendo a Dios, no porque Él satisface, sino solo para pedirle los medios a fin de obtener ese “algo más” y luego dejando atrás a Dios para ser “satisfechos” con otro en el mundo.

Entonces Santiago clama en el versículo 4: “¡Oh almas adúlteras!” (Esa es una buena traducción literal). ¿De dónde vino eso? Viene de la misma situación que acaba de describir. Tenemos un gran Esposo amoroso: Dios. Pero no lo estamos viendo tal como él es; no lo estamos amando como quien es en realidad. Y estamos enamorados de otro hombre u otra cosa, y no lo encontramos satisfactorio a Dios. Pero no tenemos los recursos necesarios para obtener al amante. Así que vamos (¡créelo o no!) a nuestro Esposo, a nuestro Dios – en oración – y le pedimos los medios para obtener al otro amante. Es por eso que Santiago grita: “¡Almas adúlteras!” (tanto a hombres como a mujeres).

Ésto da sentido a las próximas palabras del versículo 4: “¡Almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad hacia Dios? Por tanto, el que quiere ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios”. Si no encuentras satisfactorio a Dios y sus caminos y sus promesas, y te vuelves al mundo como tu verdadero amor, entonces estás poniendo emociones entre ti mismo y Dios y estás provocando la ira de Dios. ¿Por qué? Debería ser obvio, pero Santiago continúa diciéndonoslo en el versículo 5: “¿O pensáis que la Escritura dice en vano [cuando dice]: El celosamente anhela el Espíritu que ha hecho morar en nosotros?”

Creo que esto significa: Dios es celoso por nuestro afecto y admiración. Él te ha creado para ser tu amor y satisfacción supremos. “En [su] presencia hay plenitud de gozo; en [su] diestra, deleites para siempre” (Salmo 16:11). Así que, cuando Santiago dice que el homicidio proviene de deseos insatisfechos, no está dando un trivial análisis psicológico del problema. Está diciendo: El homicidio ocurre por rechazar a Dios como el Tesoro supremo, como nuestra satisfacción suprema, como nuestro amor supremo. Si encontráramos en Dios lo que Él realmente es y si no fuéramos voluntariamente tan ciegos y tan rebeldes contra Él como nuestra porción de todo el suministro en esta vida y la próxima, entonces no abortaríamos a nuestros niños. La raíz del aborto es el fracaso al no estar satisfechos en Dios como nuestro amor supremo. Y, por toda la gran obra legal que se necesita hacer para proteger la vida humana (y francamente espero que algunos de ustedes se hagan legisladores), la mayor obra que se necesita hacer es la de esparcir una pasión – una satisfacción – por la supremacía de Dios en todas las cosas. Ése es nuestro llamado como iglesia.

Hay, al menos, una manera más en la cual el aborto tiene que ver con Dios.

4) El aborto tiene que ver con Dios porque los eventos políticos y culturales que harán que el aborto sea impensable e ilegal están en las manos de Dios.

Ten cuidado de pensar y orar hacia un proceso de “impeachment” del presidente Clinton por su problema más reciente. Tal vez sea lo correcto. Pero nuestra insignificante sabiduría no es digna de manejar el mundo. Si él es impugnado y condenado y forzado a salir del oficio, Al Gore será el presidente de los EEUU. Eso hará que sus posibilidades de ser elegido presidente en las próximas elecciones sean mucho mayores al ser titular.

¿Y dónde estaba Al Gore el jueves en el aniversario de Roe vs. Wade? Estuvo con un grupo agresivamente a favor de los derechos al aborto, no en una reunión pro-vida. Richard Neuhaus señala que es muy probable que el próximo presidente nominará nuevos jueces para la Corte Suprema. Esto significa que un proceso de “impeachment” y una condena del presidente Clinton pondrían, probablemente, a un presidente radicalmente pro-aborto en el oficio durante los próximos diez años, es decir Al Gore. Pero si Clinton tiene que cojear hasta el final de su presidencia en desgracia, la historia podría dar un giro muy diferente. No sabemos.

Solo hago esta aclaración para recordarles que Dios está en los cielos y gobierna sobre los asuntos de los hombres y es mucho más sabio que nosotros en gobernar el mundo. A nosotros nos corresponde orar amplia y bíblicamente por el plan sabio y justo y misericordioso de Dios en vez de presumir que nuestras suposiciones cortas de vista son mejores. Cuando Nabucodonosor, rey de Babilonia, se enorgulleció y desafió al Dios vivo, Daniel 4:31-32 dice:
Una voz vino del cielo: “Rey Nabucodonosor, a ti se te declara: El reino te ha sido quitado, y serás echado de entre los hombres, y tu morada estará con las bestias del campo; te darán hierba para comer como al ganado, y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que reconozcas que el Altísimo domina sobre el reino de los hombres, y que lo da a quien le place”.
Esto es cierto todavía. Dios gobernará sobre presidentes y quien sea escogido para la Corte Suprema en los próximos años, y nosotros haremos bien en unírnos a su gobierno justo y sabio y soberano del mundo, orando que su nombre sea santificado y su reino venga y su voluntad sea hecha en la tierra como los ángeles la hacen en los cielos y votando y actuando de acuerdo a la voluntad de Dios revelada en las Escrituras.

Resumen:

El resumen del tema es: El aborto tiene que ver con Dios.

1) El aborto tiene que ver con Dios porque el niño en el vientre es creado por Dios a la imagen de Dios para la gloria de Dios.

2) El aborto tiene que ver con Dios porque solo Dios puede perdonar el pecado de asesinar a los niños no-natos.

3) El aborto tiene que ver con Dios porque la raíz del aborto es el fracaso al no estar satisfechos en Dios como nuestro amor supremo.

4) Y el aborto tiene que ver con Dios porque los eventos políticos y culturales que harán que el aborto sea impensable e ilegal están en las manos de Dios.


¿Cómo entonces difundiremos una pasión por la supremacía de Dios entre los proveedores de aborto en nuestra región y en nuestro vecindario, para que encuentren su satisfacción en Dios y abandonen la violencia hacia las mujeres y los niños? Esa es nuestra pregunta y nuestra oración.

Traducción editada por Déborah Garwood Steel
El original se encuentra 
en inglés en DesiringGod.org

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