Sonidos Serranos

Sonidos Serranos: Sounds of the Sierras...
Reflecting some of my family's interests: God's wonderful creation (especially mountains and hills!), music, and language...

Psalm 121:1-2 (NASB)

I will lift up my eyes to the mountains;
From where shall my help come?
My help comes from the LORD,
Who made heaven and earth.

24 October 2014

“Que los cristianos voten como si no votaran”

22 de octubre, 2008 por John Piper
Escritura: 1 Corintios 7:29-31
Tema: Gobierno
Serie: Artículos: Probad y Ved

El votar es como el casarse y el llorar y el reir y el comprar. Debemos hacerlo, pero sólo como si no lo estuviéramos haciendo. Esto se debe a que “la apariencia de este mundo es pasajera” y, a los ojos de Dios, “el tiempo ha sido acortado”. Pablo lo expresa así:
  
El tiempo ha sido acortado; de modo que de ahora en adelante los que tienen mujer sean como si no la tuvieran; y los que lloran, como si no lloraran; y los que se regocijan, como si no se regocijaran; y los que compran, como si no tuvieran nada; y los que aprovechan el mundo, como si no lo aprovecharan plenamente; porque la apariencia de este mundo es pasajera. (1 Corintios 7:29-31)
Tomemos estos temas uno a la vez y comparémoslos con el votar.
1. “Los que tienen mujer sean como si no la tuvieran”.
Esto no significa irse de la casa, no tener relaciones sexuales, no decirle “mi amor” a su esposa. Al principio de este capítulo, Pablo dice: “El marido cumpla con su esposa el deber conyugal” (1 Corintios 7:3). También dice que debe amarla como Cristo amó a la iglesia, guiando, proveyendo y protegiendo (Efesios 5:25-30). Lo que sí significa es esto: El matrimonio es momentáneo. Se acaba con la muerte, y no hay matrimonio en la resurrección. Las esposas y los maridos son segundas prioridades, no las primeras. Cristo es el primero. El matrimonio es para apreciarlo más a Él.

Significa: Si ella es exquisitamente deseable, tenga cuidado de no desearla más que a Cristo. Y si ella es profundamente decepcionante, tenga cuidado de no estar demasiado dolido. Esto es temporario— sólo una vida breve. Y entonces viene la vida que nunca decepciona, que es realmente vida.

Así es con el votar. Debemos hacerlo. Pero sólo como si no lo estuviéramos haciendo. Los resultados no nos dan la mayor alegría cuando nos favorecen, y no nos desalientan cuando no lo hacen. La vida política sirve para que apreciemos más a Cristo, ya sea que el mundo se desmorone o se componga.
2. “Los que lloran [sean] como si no lloraran”.
Los cristianos lloramos con luto verdadero, profundo y doloroso, sobre todo por las pérdidas—la pérdida de aquellos que amamos, la pérdida de la salud, la pérdida de un sueño. Estas pérdidas nos duelen. Lloramos cuando estamos heridos. Pero lloramos como si no lloráramos. Lloramos sabiendo que no hemos perdido algo tan valioso que no podemos regocijarnos en medio de nuestro duelo. Nuestras pérdidas no nos incapacitan. No nos ciegan a la posibilidad de un futuro fructífero, sirviendo a Cristo. El Señor da y quita. Pero Él sigue siendo bendito. Y seguimos con esperanza en medio de nuestro duelo.

Así es con el votar. Hay pérdidas. Lloramos. Pero no como los que no tienen esperanza. Votamos y perdemos, o votamos y ganamos. En cualquier caso, ganamos o perdemos como si no estuviéramos ganando o perdiendo. Nuestras expectativas y frustraciones son modestas. Lo mejor que este mundo puede ofrecer es corto y pequeño. Lo peor que puede ofrecer ya está predicho en el libro de Apocalipsis. Y no hay voto que lo impida. A corto plazo, los cristianos pierden (Apocalipsis 13:7). A largo plazo, ganamos (Apocalipsis 21:4).
3. “Los que se regocijan [sean] como si no se regocijaran”.
Los cristianos se regocijan en salud (Santiago 5:13) y en enfermedad (Santiago 1:2). Hay mil cosas buenas y perfectas que vienen de Dios que evocan la sensación de felicidad. El hermoso clima. Los buenos amigos que quieren pasar tiempo con nosotros. La comida deliciosa y alguien con quien compartirla. Un plan exitoso. Una persona ayudada por nuestros esfuerzos.

Pero ninguna de estas cosas buenas y hermosas puede satisfacer nuestra alma. Incluso lo mejor no puede reemplazar aquello por lo cual fuimos creados, esto es, experimentar completamente al Cristo resucitado (Juan 17:24). Incluso la comunión con Él aquí no es el final y mejor regalo. Hay más de Él para tener después de que muramos (Filipenses 1:21-23)—y aún más después de la resurrección. Las mejores experiencias aquí son anticipos. Las mejores vistas de la gloria son a través de un espejo, veladamente. El gozo que surge de estos vistazos no puede y no debe elevarse al nivel de la esperanza de gloria. Estos placeres un día serán como si nunca fueron. Así que, nos regocijamos recordando que este gozo es un anticipo y que será reemplazado por un gozo inmensamente mejor.

Así es con el votar. Hay alegrías. El mismo acto de votar es una declaración jubilosa de que no estamos bajo un tirano. Y puede haber victorias felices. Pero el mejor gobierno que podamos obtener es una sombra de lo porvenir. La paz y la justicia sólo se aproximan ahora. Serán perfectas cuando Cristo venga. Así que nuestra alegría ahora es modesta. Nuestros triunfos son de corta duración—y atravesados con imperfección. Así que votamos como si no votaramos.
4. “Los que compran [hagan] como si no tuvieran nada”.
Que los cristianos sigan comprando mientras dure este siglo. El cristianismo no significa el alejarse de los negocios. Estamos involucrados, pero como si no participáramos. Los negocios simplemente no tienen el peso en nuestros corazones que tienen para muchos otros. Todo nuestro conseguir y todo lo que tengamos en este mundo es el conseguir y tener cosas que no son, en última instancia, importantes. Nuestro vehículo, nuestra casa, nuestros libros, nuestras computadoras, nuestras reliquias familiares—las poseemos con manos abiertas. Si son quitadas, decimos que, en un sentido, no las tuvimos. No estamos aquí para poseer. Estamos aquí para acumular tesoros en el cielo.

Este mundo importa. Pero no es lo definitivo. Es el escenario para vivir de tal manera que muestre que este mundo no es nuestro Dios, sino que Cristo es nuestro Dios. Es el escenario que tenemos para utilizar el mundo y demostrar que Cristo es más preciosa que el mundo.

Así es con el votar. No nos retiramos. Estamos involucrados, pero como si no participáramos. La política no tiene peso final para nosotros. Es un escenario más para actuar la verdad de que Cristo, y no la política, es supremo.
5. “Los que aprovechan el mundo [hagan] como si no lo aprovecharan plenamente”.
Los cristianos deben tratar con el mundo. Este mundo está aquí para ser utilizado. Tratado. No hay modo de evitarlo. El no tratar con él es tratar con él de esa manera. No eliminar yuyos en su jardín es cultivar un jardín lleno de yuyos. No llevar un abrigo en Minnesota es congelarse—y hacer frente al frío de esa manera. No detenerse cuando el semáforo está en rojo es gastar su dinero en multas o facturas del hospital y tratar con el mundo de esa manera. Tenemos que tratar con el mundo.
 
Pero a medida que tratamos con él, no le damos nuestra máxima atención. No atribuimos al mundo el mayor prestigio. Hay cosas que no se ven que son vastamente más preciosas que el mundo. Utilizamos el mundo sin ofrecerle toda nuestra alma. Podemos trabajar con todas nuestras fuerzas cuando tratamos con el mundo, pero las pasiones plenas de nuestro corazón estarán ligadas a algo mucho más alto—los propósitos enfocados en Dios. Utilizamos el mundo, pero no como un fin en sí mismo. Es un recurso. Tratamos con el mundo con el fin de apreciar mucho más a Cristo.

Así es con el votar. Tratamos con el sistema. Tratamos con las noticias. Tratamos con los candidatos. Tratamos con las polémicas. Pero tratamos con todo como si no estuviéramos tratando con ello. No tiene nuestra máxima atención. No es la gran cosa en nuestras vidas. Cristo lo es. Y Cristo estará reinando a su pueblo con supremacía perfecta, no importa quién sea elegido y no importa qué gobierno se mantenga o cuál caiga. Así que votamos como si no votáramos.

Por supuesto, vota. Pero recuerda: “El mundo pasa, y también sus pasiones, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre” (1 Juan 2:17).

Votando con ustedes, como si no votara,
Pastor John
 
Traducido por Déborah Garwood Steel
El original se encuentra en inglés en DesiringGod.org

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