Sonidos Serranos

Sonidos Serranos: Sounds of the Sierras...
Reflecting some of my family's interests: God's wonderful creation (especially mountains and hills!), music, and language...

Psalm 121:1-2 (NASB)

I will lift up my eyes to the mountains;
From where shall my help come?
My help comes from the LORD,
Who made heaven and earth.

06 August 2018

“¡El Peso de la Gloria!”

Si hoy les preguntaras a veinte hombres buenos cuál pensaban que era la más alta de las virtudes, diecinueve de ellos responderían: el Desinterés-Propio. Pero si le hubieras preguntado a casi cualquiera de los grandes cristianos del antaño, te habría respondido: el Amor. ¿Ves lo que ha sucedido? Un término negativo ha sido sustituido por uno positivo. El ideal negativo del Desinterés-Propio lleva consigo la sugerencia no principalmente de asegurar cosas buenas para los demás, sino de vivir uno mismo sin ellas, como si el abstenerse y no la felicidad de ellos fuera el punto importante. No creo que esta sea la virtud cristiana del Amor. El Nuevo Testamento tiene mucho que decir sobre la abnegación, pero no sobre la abnegación como un fin en sí. Nos dice que nos neguemos a nosotros mismos y que tomemos nuestras cruces para que podamos seguir a Cristo; y casi cada descripción de lo que finalmente encontraremos si lo hacemos contiene una apelación al deseo. Si en la mayoría de las mentes modernas acecha la noción de que desear nuestro propio bien y fervientemente anhelar el disfrute de él es algo malo, propongo que esta noción se ha infiltrado desde Kant y los estoicos y no tiene nada que ver con la fe cristiana. De hecho, si consideramos las evidentes promesas de recompensa y la asombrosa naturaleza de las recompensas prometidas en los Evangelios, parecería que nuestro Señor encuentra que nuestros deseos, no son demasiado fuertes, sino demasiado débiles. Somos criaturas desganadas, jugueteando con la bebida y el sexo y la ambición cuando se nos ofrece el gozo infinito, somos como un niño ignorante que quiere seguir haciendo tartas de barro en un cantegril porque no puede imaginar lo que significa la oferta de unas vacaciones en la orilla del mar. Somos demasiado fáciles de complacer”.

C.S. Lewis en El Peso de la Gloria


If you asked twenty good men to-day what they thought the highest of the virtues, nineteen of them would reply, Unselfishness. But if you asked almost any of the great Christians of old he would have replied, Love. You see what has happened? A negative term has been substituted for a positive. The negative ideal of Unselfishness carries with it the suggestion not primarily of securing good things for others, but of going without them ourselves, as if abstinence and not their happiness was the important point. I do not think this is the Christian virtue of Love. The New Testament has lots to say about self-denial, but not about self-denial as an end in itself. We are told to deny ourselves and to take up our crosses in order that we may follow Christ; and nearly every description of what we shall ultimately find if we do so contains an appeal to desire. If there lurks in most modern minds the notion that to desire our own good and earnestly to hope for the enjoyment of it is a bad thing, I submit that this notion has crept in from Kant and the Stoics and is no part of the Christian faith. Indeed, if we consider the unblushing promises of reward and the staggering nature of the rewards promised in the Gospels, it would seem that our Lord finds our desires, not too strong, but too weak. We are half-hearted creatures, fooling about with drink and sex and ambition when infinite joy is offered us, like an ignorant child who wants to go on making mud pies in a slum because he cannot imagine what is meant by the offer of a holiday at the sea. We are far too easily pleased.

C.S. Lewis in The Weight of Glory

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